Empecemos
por el principio (¿por dónde narices si no?):
“La Historia
es la ciencia que tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad y como
método el propio de las ciencias sociales. Se denomina también
"Historia" al periodo histórico que transcurre desde la aparición de
la escritura hasta la actualidad.”
Bla, bla, bla, Historia, bla, bla, bla... Zzz… Zzz…
Zzz… Zzz…
Seamos sinceros. Más de uno y una (la que aquí
escribe) nos hemos quedado más dormidos que la marmota Phil durante una clase
de Historia.
Y seguro que todos hemos tenido al típico profesor de
Historia que da unas clases con menos vida que un encefalograma plano.
Por no hablar de todas esas veces que nos hemos
preguntado delante del libro abierto: “¿Por qué hay tantas fechas? ¿Por qué
esta gente tiene unos nombres tan raros? ¿Por qué tengo que estudiar esto? ¿Por
quéééééééééé?” (Insertar voz de desesperación peliculera made in Hollywood).
Y es entonces cuando llega lo inevitable y piensas:
“Vaya coñazo. Nunca entenderé por qué tengo que estudiar Historia”.
Reconozcámoslo. Esto es así nos guste o no.
Pero ahora llega mi pregunta. ¿Hay alguna ley no
escrita que diga que la forma de enseñar Historia tiene que ser, necesariamente,
aburrida? La respuesta es NO. Se puede hablar de hechos históricos perfectamente
y hacerlo de manera que no te entren ganas de pegarte un tiro o de tirarte por
la ventana más cercana.
Pues para eso nace este blog. Para demostrar que la
Historia, aunque tiene sus más y sus menos, puede ser tan épica como un libro
de Tolkien, más sangrienta que Canción de Hielo y Fuego, y más surrealista que
la vida misma (hacedme caso, 5 años de licenciatura me lo han dejado más claro
que el agua).
¡Ánimo en esta aventura!, ¡enséñales que más allá de listas de fechas y reyes hay más Historia!
ResponderEliminarLa Historia no es aburrida, los profesores si (algunos)
ResponderEliminarÁnimo con el blog.